El ser espiritual y material

DUALIDAD DEL HOMBRE

El cuestionamiento de la existencia del ser humano ha sido siempre su mayor preocupación, pues su principal pregunta es su quehacer, es decir, su finalidad y su esencia. Ante esta inquietud del ser son diversos puntos de vista (filosofía, religión) los que han podido esclarecer que se encuentra dotado por un carácter material y otro espiritual, que determinan su condición como individuo capaz de adaptarse a un medio tan cambiante, del que hace un lugar estable para encontrar un equilibrio en su vida.

El ser espiritual está ligado a la experiencia personal con Dios, que lo hace ser persona, consciente del compromiso ético – moral con el medio social que lo envuelve. La persona tiene una dignidad única: nadie puede sustituirla en lo que es capaz de hacer como persona.  De otro lado, la creación material encuentra su sentido en el hombre, única criatura natural que es capaz de conocer y amar a Dios, y, de este modo, conseguir ser feliz. En medio del mundo en que se encuentra sumergido, el ser como tal se adhiere a todos los aspectos del entorno, desde los personales hasta lo socio-culturales: familia, educación, vida social, salud, entre otros. Es así como el mundo material hace posible la vida humana, y sirve de cauce para su desarrollo. Por eso, la Iglesia afirma que «Dios creó todo para el hombre>>¹

La dualidad del hombre no se genera por división de espíritu y materia, sino por el complemento que existe entre este y su necesidad de completar el circulo para poder salir de la nada que cubre su vacio material, el hombre vive adherido a su cuerpo y teme por su espíritu, busca el placer (hedonismo) porque considera que su estancia física es corta, y a la vez intenta trascender en espíritu, sin embargo el ser espiritual solo se eleva en la medida en que el ser físico orienta su esfuerzo diario en el devenir de su vida. El hombre es un ser material con manifestaciones espirituales.

Al asimilar el carácter de reciprocidad entre lo espiritual y lo material para el ser, es comprensible asimilar su unidad de ser, porque la persona humana es un único ser compuesto de cuerpo y alma. Es así como existe una correlación entre lo que concierne su conformación como ser único, que busca la perfección en sí mismo, que se encuentra sujeto a la estructura social que lo envuelve y sobre todo a un flujo equitativo entre lo interior y exterior de él.

BIBLIOGRAFÍA

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